1991 - Roadrunner
Long Island, New York, USA
Old School Death Metal
****1/2
Si hay algo que llame la atención de este álbum es la imposible voz gutural de registro ultra bajo de Frank Mullen. Absolutamente indescifrable (cosa de escuchar el primer corte "Liege of Inveracity") y carente de inflexiones notorias podría asustar a no pocos que de ninguna manera llegarían más allá de los primeros segundos de la primera canción. En posteriores álbumes Frank suaviza en algo su directo y poco sutil estilo, llegando a entenderse bastante en Pierced From Within, pero aquí al menos es completa e irremediablemente ininteligible. Con respecto a los demás músicos, no queda más que quedarse anonadado con el insuperable desplante técnico que barre con todo a su paso. Los riffs son ultra rápidos, la batería atronadora y compleja y a diferencia de muchos actos en la misma línea aquí tenemos una guitarra líder. Hay solos de guitarra y un montón de cosas pasando en cada una de las canciones, canciones que cuesta un mundo digerir y aprender. Aquí no hay esquemas fáciles y predecibles. Una canción empieza con un riff, a los cinco segundos cambia a otro, luego a otro, y a otro. Pasado el minuto se vuelve al riff original. Prosigue la carnicería. De pronto la canción termina y a uno no le queda claro que forma tenía el huracán que acaba de pasar. Al segundo viene otro embate, y la máquina no para de destruirlo todo. En cierta manera se podrían hilar las canciones una a una y considerar el trabajo como un sólo gran tema, ya que no hay gran variedad de matices. Machacando continuamente y a distintas velocidades la música asfixia y, bueno, sofoca, en su triturador avance. Ni un respiro, ni una nota ajena a lo que implique destrucción, cada uno de los segundos de los treinta y siete minutos del álbum cortan el aire como mil navajas. Aquello hace que se trate de un disco estéticamente plano, a pesar de la compenetración casi quirúrgica de los músicos que no han dejado al azar ningún detalle. Comprensiblemente un trabajo no contemplado para satisfacer a las masas, Effigy no cede un milímetro de condescendencia. Claramente un álbum difícilmente apreciable por círculos extraños al estilo, empero muestra lo que en verdad es death metal de calidad superior. Y si alguien cree que esto no es más que bulla, bueno, que tome una guitarra y vea como le sale. A esta altura ya un clásico, Effigy inspiró legiones de imitadores, siendo pocos los que le llegaron a los talones.
Integrantes:
Frank Mullen - Voz
Doug Cerrito - Guitarra
Terrance Hobbs - Guitarra
Josh Barohn - Bajo
Mike Smith - Batería
Tracks:
1. Liege of Inveracity (4:30)
2. Effigy of the Forgotten (3:50)
3. Infecting the Crypts (4:49)
4. Seeds of the Suffering (5:52)
5. Habitual Infamy (4:10)
6. Reincremation (2:54)
7. Mass Obliteration (4:32)
8. Involuntary Slaughter (3:02)
9. Jesus Wept (3:42)
Producido por Scott Burns y Suffocation.
Long Island, New York, USA
Old School Death Metal
****1/2
Si hay algo que llame la atención de este álbum es la imposible voz gutural de registro ultra bajo de Frank Mullen. Absolutamente indescifrable (cosa de escuchar el primer corte "Liege of Inveracity") y carente de inflexiones notorias podría asustar a no pocos que de ninguna manera llegarían más allá de los primeros segundos de la primera canción. En posteriores álbumes Frank suaviza en algo su directo y poco sutil estilo, llegando a entenderse bastante en Pierced From Within, pero aquí al menos es completa e irremediablemente ininteligible. Con respecto a los demás músicos, no queda más que quedarse anonadado con el insuperable desplante técnico que barre con todo a su paso. Los riffs son ultra rápidos, la batería atronadora y compleja y a diferencia de muchos actos en la misma línea aquí tenemos una guitarra líder. Hay solos de guitarra y un montón de cosas pasando en cada una de las canciones, canciones que cuesta un mundo digerir y aprender. Aquí no hay esquemas fáciles y predecibles. Una canción empieza con un riff, a los cinco segundos cambia a otro, luego a otro, y a otro. Pasado el minuto se vuelve al riff original. Prosigue la carnicería. De pronto la canción termina y a uno no le queda claro que forma tenía el huracán que acaba de pasar. Al segundo viene otro embate, y la máquina no para de destruirlo todo. En cierta manera se podrían hilar las canciones una a una y considerar el trabajo como un sólo gran tema, ya que no hay gran variedad de matices. Machacando continuamente y a distintas velocidades la música asfixia y, bueno, sofoca, en su triturador avance. Ni un respiro, ni una nota ajena a lo que implique destrucción, cada uno de los segundos de los treinta y siete minutos del álbum cortan el aire como mil navajas. Aquello hace que se trate de un disco estéticamente plano, a pesar de la compenetración casi quirúrgica de los músicos que no han dejado al azar ningún detalle. Comprensiblemente un trabajo no contemplado para satisfacer a las masas, Effigy no cede un milímetro de condescendencia. Claramente un álbum difícilmente apreciable por círculos extraños al estilo, empero muestra lo que en verdad es death metal de calidad superior. Y si alguien cree que esto no es más que bulla, bueno, que tome una guitarra y vea como le sale. A esta altura ya un clásico, Effigy inspiró legiones de imitadores, siendo pocos los que le llegaron a los talones.
Integrantes:
Frank Mullen - Voz
Doug Cerrito - Guitarra
Terrance Hobbs - Guitarra
Josh Barohn - Bajo
Mike Smith - Batería
Tracks:
1. Liege of Inveracity (4:30)
2. Effigy of the Forgotten (3:50)
3. Infecting the Crypts (4:49)
4. Seeds of the Suffering (5:52)
5. Habitual Infamy (4:10)
6. Reincremation (2:54)
7. Mass Obliteration (4:32)
8. Involuntary Slaughter (3:02)
9. Jesus Wept (3:42)
Producido por Scott Burns y Suffocation.
